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Mapa de Ruta (IGN 1:25.000) |
Punto de partida: PUERTO DE PIEDRASLUENGAS.
Desde Potes, saldremos por la N-621 dirección Ojedo. Un par de kilómetros más adelante entramos en Ojedo y giramos a la derecha en la rotonda para coger la CA-184, donde empieza la subida al puerto. Unos 28 Km después llegaremos a la cima del puerto, pasado el límite de Cantabria y ya entrados en Palencia. Allí encontraremos el Mirador de Piedrasluengas, donde dejaremos el vehículo.
Si venimos desde Cervera de Pisuerga, por el lado palentino, saldremos por la CL-627 que termina en el mismo puerto, tras pasar el pueblo de Piedrasluengas un kilómetro antes del mirador. VER EN GOOGLE MAPS
Aparcamos la furgo en el Mirador de Piedrasluengas, situado en la cima del puerto del mismo nombre, desde donde tenemos unas privilegiadas vistas del los Picos de Europa y la Cordillera cantábrica.
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Aparcados en el puerto |
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Picos de Europa desde el Mirador de Piedrasluengas |
Como es pronto tenemos el mirador para nosotros solos, lo cual es raro, pues siempre que hemos pasado por aquí suele haber bastantes vehículos parados y gente disfrutando de las vistas, salvo cuando la nieve hace imposible parar, que también lo hemos visto.
Desde el mismo puerto vemos ya Peña Labra, que se alza delante nuestro con su característica figura y los cerca de 700 m de desnivel que lo elevan sobre nosotros.
Aunque el día está muy despejado, las previsiones son de tormentas al principio de la tarde que vendrán desde los macizos de Picos de Europa y el Valle de Liébana, por lo que queremos estar de vuelta antes de que las tormentas lleguen.
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Peña Labra desde el puerto |
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Inicio de la ruta |
Cruzamos la carretera junto al cartel que indica la altitud del puerto y encontramos un camino que asciende de frente a la Peña. Deberemos pasar por encima de un alambre que hay a modo de barrera para evitar que pasen los animales.
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El camino, al cruzar la carretera |
Seguimos ascendiendo por este camino con la Peña Labra siempre como referencia, hasta que nos encontramos con una puerta de alambre y maderas, que impide el paso de las vacas que pastan por la zona hacia donde nos dirigimos, la cual cruzamos y dejamos cerrada como la encontramos.
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Picos de Europa sobre vacas pastando por la zona |
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La puerta que tenemos que cruzar |
Una vez cruzada la valla nos dirigimos hacia un grupo de rocas y una antena que será la que nos sirva ahora de referencia.
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La antena |
Seguimos una rodada por una zona herbosa siguiendo de frente hacia un par de grandes rocas verticales que se elevan sobre una caseta, con la antena a su izquierda.
Tras pasar la caseta la senda describe una curva hacia la izquierda bordeando las rocas grandes, ganando altura a medida que las rodea.
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Las rocas sobre la caseta, la antena a la izquierda |
Ahora seguimos la senda hacia la antena, pudiendo ver Peña Abismo frente a nosotros y abriéndose la vista del valle según seguimos avanzando, el pueblo de Piedrasluengas a nuestra derecha y una bonita vista de los Picos de Europa a nuestra espalda.
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Peña Abismo |
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Piedrasluengas |
Llegamos a la altura de las rocas sobre las que está ubicada la antena que nos ha servido de referencia hasta ahora y comenzamos a rodearlas por su derecha, buscando una forma de ganar altura para poder llegar al nivel de la antena. Aunque aumentando la curva hacia la derecha es más fácil, nosotros lo hacemos más pegados a las rocas, por un pequeño sendero que encontramos entre los arbustos.
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Por aquí encontramos como subir |
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Subiendo a la derecha de la antena |
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Peña Abismo a nuestra espalda |
Ascendiendo por este lado ganamos altitud hasta una primera terraza que nos aproxima hasta la mitad de la altura que nos separaba de la antena y desde donde nos paramos a contemplar las vistas.
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El pico Tres Mares |
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Panorámica de la Montaña Palentina, Fuentes Carrionas y Picos de Europa |
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La antena y Peña Labra |
Bordeamos las rocas por la derecha casi en linea recta hacia nuestro objetivo. A medida que seguimos ganando altura las vistas se hacen cada vez mejores, hasta situarnos ya por encima de la antena, en dirección a un collado donde hay un abrevadero y unas vacas.
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Ya sobre la antena. Montaña Palentina a su izquierda y Picos de Europa a su derecha |
Antes de llegar al abrevadero, nos vemos obligados a atravesar una zona de enormes piornos, también conocidos como escobas, la cual es sólo un anticipo de lo que hay que pasar antes de llegar al pié de la chimenea por la que treparemos hacia la cima.
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Ana entre los piornos, con Peña Abismo a su espalda |
Llegados al abrevadero realizamos un giro a la izquierda y nos encaminamos hacia el tramo de continua pendiente y odiosas escobas que nos lleva hasta el pié de la chimenea, no sin antes hacer una paradita para beber agua (no del abrevadero) y para disfrutar de las impresionantes vistas que tenemos a nuestra espalda.
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Llegando al abrevadero |
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Montaña Palentina y Picos de Europa |
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Ese corte en la pared es la chimenea por donde subiremos |
Dejamos atrás las vacas y comenzamos la subida por la zona de piornos intentando encontrar los hitos que nos lleven por el mejor camino, pero con arbustos de hasta 2 metros de altura en ocasiones, no vemos muchos... así que tomando como referencia la chimenea, vamos acercándonos a ella luchando contra los piornos como podemos.
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El punto naranja es Ana, bajo la inmensidad de las montañas y de camino a los piornos. |
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La chimenea a la que vamos, tirando de zoom |
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Ana metida en las escobas hasta la cintura. Luego los encontraríamos mucho más altos |
El olor dulzón de los piornos en flor se hace mareante por la cantidad de ellos que tenemos que atravesar, y lo tupidos y crecidos que están, hacen que avanzar sea un martirio, ya que no encontramos la senda buena y tuvimos que avanzar por donde buenamente pudimos, llevándonos de recuerdo algún que otro raspón de los troncos y de las ramas.
Y así, después de perder un buen rato buscando la mejor manera de franquearlos, vimos a lo lejos unas rocas grandes con algunos hitos, referencia que buscábamos desde el principio y con la que conseguimos dejar atrás los odiosos piornos.
Lo malo es que tendremos que volver a atravesarla de bajada...
Ya pasado el piornal solo hay que seguir el camino de las grandes rocas que aún ganando altura nos conducen por el lado de la izquierda hacia una terraza rocosa donde nos aupamos para llegar al pie de la chimenea. Allí pararemos para beber y contemplar las vistas.
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Llegando a las rocas por donde ya seguimos los hitos |
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Muy cerca del pié de la chimenea admirando la Montaña Palentina |
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La chimenea de acceso a cima |
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Al pie de la chimenea |
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Una pausa antes de la trepada |
Hay que decir que la chimenea no es el único acceso a la cima. Se puede seguir por el camino que conduce hasta ella, dejando la pared siempre a nuestra izquierda, dirección al Pico Tres Mares, hasta que se gana altura y se llega al final de la pared.
De hecho es lo recomendado con la roca mojada o con hielo, ya que la trepada se puede hacer muy peligrosa, pero en esta época del año tan seca y sin nieve se puede hacer sin mayor problema. Tan solo hay que extremar las precauciones en un par de pasos y cualquiera con un mínimo de experiencia en trepadas subirá sin mayor dificultad.
Nosotros usaremos ese camino más fácil para bajar, así pasaremos junto a la Cruz de Peña Labra, situada un poco más abajo que la cima.
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Comenzando la trepada |
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Una zona hervosa en medio de la chimenea |
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En medio de la chimenea |
Una vez terminada la trepada de la chimenea ya casi estamos en la cima. Al salir podemos ver a escasos metros el vértice cimero a nuestra izquierda, y a nuestra derecha la cruz de Peña Labra. Mucho más lejos, el Pico Tres Mares.
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El Pico Tres Mares desde la salida de la chimenea |
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El vértice que marca la cima ya muy cerca |
Ya solo nos quedan unos pocos metros que subir por terreno despejado y llegamos hasta el vértice geodésico. Estamos en la cima de Peña Labra, donde hay un buzón para poder dejar constancia de nuestra visita, y desde donde tenemos unas de las mejores vistas de los macizos de Picos de Europa y de la Montaña Palentina, incluidas algunas de las cimas más famosas de la misma, aparte de la Cordillera Cantábrica.
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Cima de Peña Labra. 2.029 m |
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Buzón de cima |
Comimos, bebimos, dejamos nuestra tarjeta en el buzón de tan original cima, y nos deleitamos largo y tendido con la panorámica con la que te recompensa esta ascensión, sin perder de vista, eso si, a las acechantes nubes.
La tormenta estaba anunciada y a lo lejos podemos ver como por los macizos de Picos de Europa las nubes empiezan a evolucionar, de modo que más vale empezar a pensar en bajar.
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Dejando nuestra tarjeta en el buzón |
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Vistas hacia la Montaña Palentina |
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Vistas hacia el Tres Mares |
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Vistas hacia los Picos de Europa |
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Vistas hacia la Cordillera Cantábrica |
Iniciamos el descenso pero en vez de hacerlo por la chimenea por la que trepamos para subir, lo hacemos siguiendo la pared en dirección a la Cruz de Peña Labra, con el Tres Mares siempre frente a nosotros.
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Comenzando el descenso |
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Pasando por la chimenea, que dejamos a nuestra derecha |
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La Cruz de Peña Labra frente a nosotros |
La cruz se encuentra en la misma cresta que el vértice de la cima, unos cuantos metros más abajo, y en ella hay una inscripción sobre cuándo y por quién fue colocada, así como una petición de respeto a la misma y un saludo a todos los montañeros.
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La cruz, con la cima de Peña Labra al fondo |
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La inscripción de la cruz |
Dejamos la cruz atrás y seguimos descendiendo hacia donde la pared de la montaña va perdiendo altura, hasta que llegamos a un punto por donde se puede cruzar a la otra cara de la montaña.
Aquí echamos un último vistazo al Tres Mares, giramos y comenzamos el descenso hacia la zona de piornos que tendremos que atravesar de nuevo.
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Camino a cambiar de vertiente de la montaña |
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Un último vistazo al Tres Mares |
Una vez al otro lado de la montaña seguimos por un sendero perfectamente trazado y marcado por hitos, que discurre más o menos paralelo a la pared donde está la chimenea que trepamos antes, mientras va perdiendo altura y se aproxima a los piornos.
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Siguiendo el sendero al otro lado de la montaña |
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Algunos hitos que nos sirven de referencia |
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La pared por la que trepamos va quedando atrás |
Llegamos a la odiosa zona de piornos de nuevo y para animarnos a cruzarla más rápido, vemos como las nubes se han ido formando más y más y comienzan a aproximarse desde Picos de Europa.
Parece que el hombre del tiempo esta vez si va a acertar con la previsión de tormenta y por la progresión de las nubes, hasta con la hora.
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En los piornos, con las nubes acercándose |
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La zona más odiosa, con piornos de más de metro y medio |
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La chimenea por la que trepamos |
Saliendo por fin de la zona de piornos, seguimos descendiendo rápidamente hacia el abrevadero, donde siguen las vacas de antes y, desde donde ya podemos ver claramente como la tormenta se ha formado y viene hacia nosotros.
Aún tenemos tiempo como para bajar hasta el puerto sin mojarnos, pero no debemos entretenernos mucho por el camino.
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La tormenta viniendo por Picos de Europa |
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El abrevadero y Peña Abismo |
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Estas siguen a lo suyo |
Descendiendo hacia la antena y viendo que la tormenta se acerca deprisa, decidimos bajar por el lado contrario al que utilizamos para subir. Ya que el puerto se ve desde aquí perfectamente, atajamos por el camino más directo, dado que lo tenemos como referencia constantemente.
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Llegando a la altura de la antena |
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La tormenta descargando, de camino al puerto |
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El Puerto de Piedrasluengas ya cerca y la tormenta llegando por detrás |
Hacemos el descenso por la ladera bastante rápido y enseguida estamos de nuevo en la pista del principio, la cual nos lleva a la alambrada que otra vez hay que cruzar y dejar cerrada.
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Ya de nuevo en la alambrada |
Y desde allí unos cuantos metros más por la pista que nos conduce a la carretera que tenemos que cruzar para llegar al Puerto de Piedrasluengas y a su mirador, donde nos espera la furgo.
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Volviendo al Puerto |
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La tormenta llegando al mirador casi al mismo tiempo que nosotros |
Ya en el mirador, nos da tiempo a cambiarnos el calzado, coger algo de beber y echar un último vistazo a Peña Labra antes de que la tormenta llegue y descargue una chupa de agua tremenda, que una vez bajo el cobijo de la furgo, se ve de otra manera.
Y así nos ponemos en camino, bajando el puerto en dirección a Potes, camino a Espinama, donde tenemos el campo base siempre que visitamos la zona, mientras el agua nos acompaña parte del camino.
Al final nos hemos librado de la tormenta y hemos tachado de la lista Peña Labra, que llevaba ya demasiado tiempo pendiente y con una razón para no poder subirla.
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Último vistazo a Peña Labra |
Una zona extraordinaria de la que muchos estamos enamorados.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Ya sabes lo mucho que nos gusta a nosotros. A ver cuando podemos volver a compartir camino por esa zona o por la que sea.
EliminarUn abrazo enorme para ti también.