La sierra del Torozo se extiende desde el Puerto del Pico hasta el de Serranillos, perteneciente al sector oriental de la Sierra de Gredos, siendo el Torozo su máxima altura.
El Torozo es un pico muy conocido por los escaladores que lo atacan por su larga cara sur, especialmente el diedro suroeste que sube desde el valle, aunque no es un desconocido para los montañeros que han pasado por el Puerto del Pico, cruzando por la N 502 de camino a Gredos, siendo el pico que destaca a su derecha.
Desde su cima se tienen prodigiosas vistas del Barranco de las Cinco Villas, de ambas mesetas castellanas y de las sierras de Gredos, de la Paramera e incluso en días claros de la Sierra de Guadarrama.
De vuelta tras una incursión fallida a Gredos un par de meses antes y buscando información sobre el Puerto del Pico nos apareció una reseña sobre el Torozo. Decidimos que la próxima vez que pasáramos por aquí haríamos un intento a su cima.
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Mapa de Ruta (IGN 1:25.000) |
Punto de partida: PUERTO DEL PICO.
Circularemos por la N-502, carretera que une Toledo con Ávila. Podemos cogerla desde la A-5 pasado Talavera de la Reina y circular por ella hasta pasar la localidad de Cuevas del Valle, último pueblo antes del puerto o bien desde Ávila, saliendo por la N-110 dirección El Barco y Piedrahita y cogiendo el desvío de la N-502 dirección Salobral. VER EN GOOGLE MAPS
A pesar de ser sábado teníamos la esperanza de no encontrarnos mucha gente por la ruta y ya que íbamos de camino a pasar unos días para despejar la cabeza por la zona de Gredos, salimos pronto de casa para poder estar temprano en el puerto y así poder terminar la ruta a una hora prudente y llegar a comer a Navarredonda, que sería nuestro campo base para esos días.
Dejamos el vehículo en el parking del puerto que hay junto al restaurante, donde sólo había otro coche, lo cual nos hizo pensar que estaríamos bastante solos y así fue hasta casi el final de la ruta.
Justo en el parking se puede ver un panel donde cuentan información sobre el camino, numerado como PR-AV 37, el cual está perfectamente señalizado desde el principio hasta la misma cima del pico tanto con balizas con las marcas del PR como por unas grandes piedras alargadas puestas de pie, las cuales hacen que se conozca el camino como la Ruta de los Menhires.
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Vista del Torozo desde el parking. A la izquierda el panel de la ruta |
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Detalle de la ruta en el panel del puerto |
Tras dejar atrás el parking bordearemos el restaurante por la izquierda siguiendo las primeras marcas de PR y pasaremos por una barrera sobre la que podremos ver el objetivo del día.
El sendero nos llevará a bordear la montaña hasta su cara norte para luego subir hacia un collado y luego avanzar por el cresteo hasta el vértice geodésico de su cima, haciendo el desnivel muy llevadero.
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Primeras balizas del PR |
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La barrera de madera y el Torozo |
En apenas veinte minutos alcanzamos un refugio libre que se ve en perfectas condiciones conocido como la Majada del Tío Manteca. No llegamos a entrar a comprobar su estado, tan sólo vimos que la fuente que tiene en uno de sus costados estaba seca cuando pasamos. Tampoco nos preocupó pues a parte de llevar la nuestra hay otras dos fuentes por el camino que sí suelen tenerla.
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Refugio de la Majada del Tio Manteca |
La pista por la que vamos subiendo se convierte en sendero según avanzamos, haciéndose cómodo el progreso de todas formas, describiendo una curva hacia nuestra izquierda a medida que avanzamos siguiendo los menhires y vamos ganando altura poco a poco, empezando a descubrirnos buenas vistas sobre la Sierra de la Paramera.
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Uno de los menhires de la ruta |
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Panorámica hacia la Paramera desde el camino |
Seguimos avanzando guiados por marcas e hitos hasta que el camino hace un giro pronunciado a derechas, momento en el que comienza a trazar una serie de zetas que facilitan progresar por la pendiente, mientras continuamos bordeando la cara norte de la montaña.
Pasaremos por unos hitos que dejaremos a nuestra derecha, los cuales marcan una forma más directa de llegar a la cima por una ruta sin sendero, pero nosotros la dejaremos de lado y será por donde bajaremos de la cima más tarde, haciendo la ruta semicircular y ahorrando un rato a la bajada.
Más adelante la subida se convierte en un faldeo con pequeña tendencia hacia arriba por un camino ya casi todo de piedras de diferentes tamaños y rodeados más de rocas que de los piornos que había hasta entonces. Por este camino encontraremos a nuestra izquierda la Fuente de las Belesas, marcada con un cartel y escondida tras unas rocas con otro letrero de hierro. Ésta si tiene agua en cantidad y muy fresquita.
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Comienzo de las zetas |
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Por el faldeo |
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La Fuente de las Belesas |
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Una parada a beber agua muy fresca |
Dejamos atrás la fuente y continuamos por el empedrado faldeo hasta que se va trasformando en una senda por una zona más plana, la cual nos va acercando hasta un pequeño torrente de agua que baja desde nuestra derecha. Es el Arroyo de Olla y al llegar a su altura será momento para que el camino de un giro a derechas, iniciando una cómoda subida en dirección hacia el Collado del Risco.
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Ya por la senda |
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Pequeños torrentes que forman el Arroyo de Olla |
Poco después de girar y comenzar la subida hacia el collado, dejando el arroyo a nuestra izquierda, podemos ver un refugio en muy buenas condiciones justo enfrente nuestro, rodeado de un vallado. Es el Refugio de los Cervunales y a su izquierda y un poco más alejado se ve un chorro de agua que es la fuente del mismo nombre.
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Refugio de los Cervunales |
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La zona de la cima desde el refugio |
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30 min a la cima |
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Vistas hacia la Paramera junto a la fuente |
Dejamos el refugio y seguimos las marcas que describen una curva hasta llegar cerca del collado, momento en el que giramos unos 90 grados a la derecha para iniciar el cresteo rocoso que nos lleva hasta unas piedras más grandes coronadas por una de las balizas con la marca del PR. Para llegar hasta ella habrá que realizar una pequeña trepada y una vez alcanzada podemos ver cuatro piedras más arriba el vértice que nos marca la cima del Torozo.
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Camino al collado |
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Hacia el cresteo |
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Las rocas de antes de la cima |
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La baliza de antes de la cima |
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El penúltimo esfuerzo antes de la cima |
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Por fin la cima y su vértice |
Y una vez divisado el vértice ya es sólo cuestión de un par de minutos estar tocándolo. Ya estamos en la cima del Torozo (2.021 m) en la que encontramos además un buzón destrozado y sujeto por piedras y una placa en agradecimiento a Santo Torozo.
Dentro del buzón hay un tupper que protege del agua que se cuela en el buzón unas libretas, donde los que alcanzamos la cima podemos escribir nuestras impresiones, aparte de tarjetas de montañeros e incluso bolígrafos para poder escribir por si llegamos arriba y no llevamos uno propio.
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Cima del Torozo (2.021 m) |
Desde lo alto podemos descubrir las maravillosas y amplias vistas que tanta fama le dan como mirador a este monte. El Macizo central de Gredos, el Barranco de las Cinco Villas, la Sierra de la Paramera, la Sierra de Guadarrama...
A pesar de las amenazantes nubes negras que vienen de Gredos podemos descansar tranquilamente en la cima mientras comemos algo y dejamos constancia de nuestra visita a la cima en el buzón, oteando futuros objetivos mientras intentamos adivinar qué son algunas de las montañas que vemos.
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Panorámica desde la cima hacia Gredos |
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Dejando nuestra huella en el buzón |
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Placa en la cima |
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De allí venimos y hasta ahí tenemos que volver a bajar |
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Al fondo la Sierra de Guadarrama |
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Hacia la Sierra de la Paramera |
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El Barranco de las 5 Villas |
Aunque las vistas desde la cima son como para no cansarse de verlas, en algún momento hay que pensar en bajar, de modo que tras un buen rato allí y un buen número de fotos tiradas hacia todas las direcciones, decidimos cargar los macutos al hombro y comenzar la bajada hacia el puerto.
Para ello decidimos seguir la linea de hitos por la que vinimos pero en dirección oeste, sabiendo por diferentes reseñas que es una forma de hacer semicircular la ruta y que tomando este camino enlazaremos con la ruta por la que vinimos en el cruce en el que dejamos unos hitos a la derecha para seguir por la ruta balizada.
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Dejando la cima |
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Bajamos siguiendo los hitos |
Con esta bajada se acorta un buen rato el camino y aunque nos despistáramos en algún momento a pesar de los grandes hitos, tenemos el puerto a la vista constantemente a lo lejos, por lo que el camino es muy intuitivo.
En la bajada aparecieron aquellas que nunca nos han faltado en nuestras visitas a Gredos. Las habitantes de la sierra que siempre se acercan. Las cabras, que como de costumbre, nos miran con curiosidad y no nos molestan ni nosotros a ellas.
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Las habitantes de lugar |
Después de nuestro encuentro seguimos el descenso, perdiendo altura rápidamente siguiendo hito tras hito, encontrando alguno de metro y medio de alto, lo cual hace muy difícil perder el camino que desciende por las rocas, teniendo que extremar las precauciones en algunas por las que baja algo de agua haciéndolas muy resbaladizas.
La bajada se va allanando hasta llegar a una zona de piornos desde la que ya vemos el camino por el que habíamos subido y enseguida lo alcanzamos, retomando así la bajada por los menhires y las balizas de PR.
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Uno de los enormes hitos |
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Ya en la zona de piornos |
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La vuelta al camino original |
La bajada nos conduce rápidamente de nuevo a las zetas trazadas en la subida y a seguir perdiendo altura viendo cada vez más cerca el parking del puerto desde donde iniciamos la ruta.
Llegamos de nuevo hasta el Refugio de la Majada del Tío Manteca, donde a pesar de estar a apenas 20 minutos del final, paramos a descansar un momento los pies de la bajada y a beber un poco.
Hasta entonces no hemos visto a nadie en toda la ruta y sentados en la fuente seca del refugio es cuando vemos a los primeros humanos que suben desde el puerto, aunque creemos que no mucho más arriba de nuestra posición viendo la ropa que llevan. Alguno incluso nos pregunta cómo llegar al Torozo y cuánto tardarían pensando que es un paseíllo, sin ropa, calzado y agua como para ello. Al contarles lo que les queda, que es casi todo, y la hora a la que empezamos nosotros, parece que sabiamente deciden dejarlo para otro día. Que la gente vaya a la montaña como el que va a pasar el día al campo no es nada nuevo, pero no deja de sorprendernos.
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Volviendo a las zetas |
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El bar y el parking ya están muy cerca |
Pocos minutos después estamos de nuevo en el parking dejando nuestros macutos y cambiándonos el calzado para dar comodidad a los pies.
Un pequeño paseo por el puerto para ver el monumento a los caídos, la calzada Romana y algunos letreros indicadores de rutas. Ya va siendo hora de comer, así que no nos queremos entretener mucho que aún nos quedan unos kilómetros hasta llegar a nuestro campo base de los próximos días.
Ya en Navarredonda de Gredos podemos disfrutar del merecido descanso, celebrar y disfrutar la cima con una cerveza bien fría, como es costumbre, y recordar el camino que hemos hecho, además de planificar las rutas de los próximos días.
Tanto la ruta como las vistas son muy recomendables para todo montañero que no la conozca, dado que no es ni dura ni larga y es que ya sea por una u otra sierra, Gredos es siempre una buena idea.
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Celebrando el Torozo |
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