lunes, 29 de agosto de 2011

Subida al Almanzor

Subida al Almanzor 29 - 08 - 2011

Pico Almanzor. 2.592 m

Ruta: Plataforma de Gredos, Los Barrerones, Laguna Grande, Hoya Anton, Nevero del Almanzor, Portilla del Crampón, Pico Almanzor


Altitud max. 2.592 m
Altitud min. 1.765 m
Desnivel 1.027 m
Distancia 19 Km

La Plaza del Moro Almanzor, más conocida como Pico Almanzor es el pico más alto del Sistema Central y el rey de la Sierra de Gredos con sus 2.592 metros. Es a su vez el pico más alto de Ávila.
Es uno de esos picos que todo aficionado a la montaña quiere subir y aunque en verano no es especialmente difícil salvo por lo largo que se puede hacer, hay que extremar las precauciones en la chimenea final de acceso a la cima, de escasos metros, catalogada como grado II por la UIAA ya que es un tanto impresionante por la caída que tienes a tu espalda aunque realmente es sencilla.
También el acceso a la chimenea puede ser impresionante cuando se bordea el Cuerno del Almanzor sobre las Canales Oscuras pues un mal paso te puede llevar unos cientos de metros hacia abajo siendo varios los montañeros que han tenido un final fatal en estas zonas.

Aunque lo normal es empezar su ascensión desde el Refugio Elola, desde donde un cartel marca 2 horas hasta la cima, nosotros tomamos la opción larga, partiendo desde la Plataforma de Gredos.



Mapa de Ruta. Plataforma - Barrerones (IGN 1:25.000)
Mapa de Ruta. Barrerones - Almanzor (IGN 1:25.000)
Punto de partida: PLATAFORMA DE GREDOS.
Llegaremos hasta Hoyos del Espino por la AV-941, Carretera que comunica El Barco de Ávila con San Martín del Pimpollar. Una vez llegados al pueblo, encontraremos una rotonda con una estatua de una cabra que indica el desvío hacia la Plataforma por la AV-931. Recorreremos los 12 Km que nos separan del pueblo hasta la Plataforma, donde llegaremos a un parking que es el final de la carretera. Ese parking es la Plataforma de Gredos. VER EN GOOGLE MAPS

Ésta ha sido una de las ascensiones más satisfactorias que hemos hecho aunque no sea la más difícil ni larga que haya, pero de ella nos trajimos muchos recuerdos y emociones imposibles de olvidar.
Se trataba de la primera ruta larga de Ana, una forma de hacer piernas para el viaje a Los Alpes que haríamos en pocos días.
Cuando empiezas en la montaña, el nombre del Almanzor te suena a pico de esos que hay que subir, y nuestra subida fue de esas que crean una amistad que sólo se forja en la montaña.

Son las 6:00 cuando aparcamos en la plataforma de Gredos. Noche cerrada y viento. 12ºC que con el aire se sienten peor.
Frontales encendidos, macutos a la espalda, un abrazo de buena suerte y a mover las piernas.



Por suerte el inicio del camino a la Laguna Grande es imposible de perder incluso de noche, de modo que paso a paso y sin prisa comenzamos a subirlo de camino a los Barrerones con algún pequeño susto como el que nos dió una cabra que nos salió en una curva, a la cual no vimos hasta que no la iluminaron los frontales y saltó. Quién se espera que a esas horas las cabras estén ya despiertas.


Camino de la Laguna Grande




Frontales encendidos. Ya clarea por detrás
Según nos acercamos a los Barrerones vamos sintiendo cómo algo se ilumina por detrás. Aunque aún había que dejar encendidos los frontales, nos dimos la vuelta para contemplar una de las maravillas de la naturaleza que en la montaña es aún más impresionante. Uno de esos amaneceres que por muchos que veamos no olvidaremos en nuestras vidas.




Y hacia el otro lado, según el sol despunta por las montañas, nos ilumina el camino y nos permite ver por primera vez los picos y cuchillares del Circo de Gredos y con un color fuego a nuestro objetivo del día. El Señor Almanzor.


Primeras vistas del Almanzor y la Galana
La escena nos hace parar a sacar multitud de fotos y a grabar en nuestras retinas esa preciosa imagen que nos regala la naturaleza. El día promete y ya desde la primera vista hay que pedir permiso a la montaña para que nos deje llegar hasta su pie y poder alcanzar su cima. Él nos lo agradeció con una jornada espectacular.


Llegando a los Barrerones
La vista es espectacular
Y al llegar al mirador del Circo que hay al pasar los barrerones hay que hacer otra parada a sacar fotos y limpiarse la baba.
Mirador del Circo de Gredos
Panorámica desde el Mirador del Circo de Gredos


Después de haber llegado a unos 2200 metros toca descender un rato hasta la Laguna Grande y el Refugio Elola. Se nos antoja que la vuelta por aquí se nos hará pesada por la subida después de tanta paliza.


Almanzor en el centro y Galana a la derecha
No somos las únicas cabras por aquí a estas horas
Panorámica de la Laguna Grande, Tiopelos y el Almanzor
Almanzor iluminado dando reflejos a la Laguna 
Bordeando la Laguna Grande
Llegando al Elola
Refugio Elola
Parada a reponer fuerzas junto al refugio
En el tiempo marcado llegamos al Refugio Elola, donde algunos montañeros se desperezan tras pasar allí la noche.



Hacemos una parada de media horita para comer y ver el mapa, para echar un vistazo a las curvas de desnivel de lo que, como allí mismo reza un cartel, serán nuestras dos próximas horas de camino. Miradita con los prismáticos al Almanzor, que nos permitió ver el vértice que esperábamos estar abrazando unas horas después.



Con muchas ganas, fuerzas e ilusión, volvemos a cargar los macutos y a por todas. Sabemos que las pedreras de las portillas se harán pesadas pero hay ganas ya de trepar por ellas.


Al Almanzor, por allí
Empieza a calentar el sol
Lejos aún, sobre nuestras cabezas, el protagonista del día

Los Tres Hermanitos
Y pedreras para arriba

Éstas si que suben sin problemas donde quieren

Un poco más cerca

Sudando la gota gorda, remontamos la hoya Anton y sin darnos cuenta llegamos al Nevero del Almanzor, que a estas alturas del año seguía allí esperando a los montañeros.


Laguna Grande
Cada vez más cerca

El Nevero del Almanzor




Consultando el GPS de camino a la Portilla del Crampón
Empezamos la subida por la Portilla del Crampón. Nada que ver con la canal en la que se convierte nevada, pero aún así hay que ver bien dónde se pisa. Mucha piedra suelta y arena. Algunos tramos muy resbaladizos pero muy buenos agarres en rocas grandes. Creíamos que se haría más larga pero la pasamos bien.


En la Portilla del Crampón.


Últimas rampas
Sabiendo que estamos a poco de la cima, buscamos el camino al coronar la portilla, que nos lleva sobre las Canales Oscuras. Vemos el famoso Cuerno del Almanzor y lo abajo que está el suelo en esta zona. 
El camino impresiona un poco si no te gustan las alturas, pero despacio y buscando agarres para ir con seguridad, los pasos se hacen fácilmente y por fin se llega a la trepada de la chimenea final.


Por la derecha hacia la cima
El Cuerno del Almanzor

Últimas trepadas antes de la chimenea final
Al llegar a la chimenea surge la duda. Se ven varias trepadas posibles y el vértice no se ve por ningún sitio.
Nos damos cuenta que no somos los únicos que dudamos. Delante nuestro sólo vimos por el camino a un montañero y aquí dimos con él. Se trataba de Ricard, un montañero catalán que aprovechando sus vacaciones, había dejado a la familia y había salido de madrugada hacia la plataforma con la misma intención que nosotros.
Juntos tomamos la decisión de trepar por la izquierda, grave error, pues la chimenea es la de la derecha, aunque eso lo descubrimos poco más tarde.

Soltamos allí mismo las mochilas. Ricard y Ana suben del tirón pero Antonio, que muchos años antes ya había subido allí, tuvo un momento de terror y dijo que no subía. (Nota de Tiopelos: No debí mirar abajo y pararme a pensar) Pero animado por Ana, tras apenas 30 segundos de duda metió un pie en la roca y ya estaba arriba.

Al terminar la trepada vemos que el vértice está a nuestra derecha y hemos cogido la chimenea que no era, pero encontramos un paso de una a otra para pasar. Este paso es muy aéreo y hasta peligroso, pero con muy buen agarre, aunque si tienes la zancada corta, es casi imposible pasarlo sin ayuda. Fue por este motivo por el que Ricard, ya cerca del vértice, retrocedió sobre sus pasos para darle la mano a Ana y que pudiera salvar ese "pequeño" obstáculo.


Vértice desde la otra chimenea
Paso entre chimeneas desde la cima
Y tras varias horas, sudadas, trepadas, errores, miedos y mucha emoción, finalmente rodeamos el vértice por debajo y ya está. ¡Cima! El Almanzor es nuestro.


Tiopelos, Power y Ricard
Lo logramos Pequeña

Panorámica desde la cima del Almanzor
Vista hacia Toledo
Vista hacia el Embalse de Rosarito
Vista hacia la Laguna Grande
Después de un largo rato en la cima los tres solos y miles de fotos, decidimos que es hora de empezar a bajar, eso si, ahora por el lado correcto. Volvemos a por los macutos y comenzamos el regreso cuando empiezan a llegar montañeros a la zona de la chimenea final.
Muchos preguntan por donde subir y unos cuantos deciden que se darán la vuelta en este punto, porque les da miedo terminar la ascensión a la chimenea.


Bajando por donde se debe subir la chimenea
Con lo fácil que era y que manera de complicarlo
Volvemos a la Portilla del Crampón, donde Ricard decide bajar más rápido y nosotros a otro ritmo más acorde a nuestras rodillas. Quedamos en vernos en el Elola y darnos los mails para mandarle unas fotos.


Bajando la Portilla del Crampón
El Gran Ricard



Ricard llegando al nevero a la bajada
En el nevero hacemos una parada a beber y dar una tregua a las rodillas, que con el desnivel de la bajada ya pedían un descanso.



Y despacito vamos siguiendo la bajada hacia el refugio. El número de montañeros que aparecen por las portillas camino al Almanzor se incrementa. El número de cabras típicas de la zona que nos salen al paso también.
La vista intermitente de la Laguna Grande nos va marcando lo que nos queda.




La Laguna Grande ya está cerca
Llegando al Elola


Ya en el Refugio, coincidimos con varios montañeros mientras comemos algo y nos comentan que Ricard ya salió de allí después de preguntar por nosotros. Al final no pudimos intercambiar correos. Una pena después del buen rato que pasamos juntos en la cima y haberla alcanzado juntos.


En el Elola con gente de Extremadura y El Escorial
Con las fuerzas repuestas decidimos bordear de nuevo la Laguna y comenzar a remontar de nuevo los Barrerones. Sabíamos que este tramo se haría pesado a estas alturas de la marcha y con el calor que hacía ya a estas horas aún peor. Y se hizo pesado, muy pesado.






Panorámica desde la Laguna Grande a la vuelta

Una última mirada atrás. Gracias Almanzor
Subiendo los Barrerones

Al llegar a la Fuente de los Cavadores paramos de nuevo a reponer agua fresca y a dar señales de vida por teléfono a la familia, que han sido muchas horas por el Circo de Gredos y hay que avisar que todo va bien, estamos sanos y salvos, y ¡¡¡ hemos tenido éxito !!!



Dando señales de vida
Panorámica desde la Fuente de los Cavadores
Y desde aquí ya sólo bajar y bajar hasta la Plataforma, disfrutando de las vistas y descubriendo el camino que unas horas antes hicimos a la luz de los frontales. De la noche al día, es como si pasáramos por aquí por primera vez.








La Plataforma de Gredos por fin
Llegar a la Plataforma y volver a pisar asfalto se hace muy raro. Muchas horas después esta aventura está llegando a su fin.


Plataforma de Gredos
La Furgo nos espera. Esto se acaba
El abrazo que celebra un gran día de montaña
Y con esto termina nuestra subida al Almanzor. La cima que dicen que es tan pequeña que tres personas no pueden estar en ella a la vez. Tres si pudimos. Una más no creo.
Ha sido nuestra primera ruta tan larga solos y sin duda una de las cimas que mejores recuerdos nos dejará el resto de nuestras vidas.

El reto de Ana de hacer una cima como ésta desde lejos y el de Antonio de estrenar botas con esta ascensión, cosa que recomiendan no hacer, fueron alicientes a una ruta siempre tan bonita como la ascensión al Almanzor.

La pena fue no haber podido quedarnos con el mail de Ricard, al que desde aquí damos las gracias por su ayuda y compañía. Si algún día lees esto, por favor, ponte en contacto con nosotros.

Nos queda la paliza de dos horas de volante hasta Madrid de nuevo, pero con las imágenes que tenemos grabadas en las retinas y los recuerdos en nuestra memoria, el viaje se hace un paseo.

Gracias Señor Almanzor por dejarnos llegar a tu cima y por tantos recuerdos como nos dejas. No sabemos cuándo ni cómo lo haremos, pero volveremos. Te lo prometemos.
Gredos es siempre un buena idea.



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